Esta mañana he leído un artículo que me ha impactado: “Libertad o prosperidad: el falso dilema” de Carlos Alberto Montaner. Me gustaría dar mi opinión independientemente de la línea editorial del medio. Solo quiero compartir mis impresiones respecto al tema del blog, por lo que únicamente analizaré la primera parte del artículo.
La libertad en minúsculas es una necesidad. La LIBERTAD con mayúsculas una arma de manipulación. La primera parte del ser humano, del individuo. La segunda de la necesidad de control y poder.
A continuación voy a destacar una serie de ideas que he extraído del artículo:
- “La libertad es absolutamente necesaria para nuestro bienestar emocional”. La libertad es un estado que conlleva unos sentimientos de dignidad, autoconfianza y amor hacia uno y los demás. Desde nuestra libertad amamos y somos amados.
Si sacrificamos nuestra libertad por una prosperidad económica o material estamos vendiendo nuestra alma a alguien que no somos nosotros. Estaremos muertos en vida.
- “La libertad tiene que ver con el dolor de vivir enmascarado”. Cuantas más máscaras, papeles y falsos comportamientos nos quitemos, más libres podremos ser. ¿Acaso no somos los Coahes adalides del cambio?¿Cuántas veces no hemos visto el rostro del cliente resplandecer cuando descubre una más cara y se da cuenta de que ese rol no era él?
El autor escribe sobre el funcionario obediente: “por primera vez en su vida se sintió en paz consigo mismo.” ¿Y no es esa paz la que buscamos todos? ¿A qué estás dispuesto a renunciar por esa paz?
- “La libertad es eso: poder tomar decisiones congruentes con nuestras creencias y valores”. Para ello, lo primero que tenemos que tener claro es saber cuáles son nuestras creencias y valores. Ello nos dará orientación y sentido y por tanto poder actuar en consecuencia.
Los valores son jerárquicos y nos marcan la prioridad. Cuando actuamos según este criterio nos sentimos en consonancia y de acuerdo a nuestra misión.
- “[…] haber evolucionado hacia la racionalidad nos ha convertido en criaturas fisiológicamente sujetas a vivir conformes a nuestra verdad interior.” Tal y como expresa el articulista, cuando mentimos y por tanto, nos mentimos, nuestro cuerpo se revela. Sudamos, nos ponemos nerviosos y no tenemos paz de espíritu.
La verdad interior, el “Daemon” socrático, el YO divino nos hacer ser conscientes de la mentira. Está en nuestras manos vivir con la verdad o siendo conscientes de que no queremos ser conscientes de la mentira; en definitiva, mintiéndonos y por tanto no siendo libres.
- “La disonancia entre lo que se cree, se dice y se hace, acaba por somatizarse como una terrible forma de angustia.” Este es el origen de muchas enfermedades tanto psíquicas como físicas. La mentira nos enferma y hacemos enfermar. Cuando somos libres de aceptar lo que somos tenemos salud, energía y vitalidad. Nuestra libertad es necesaria para amar, crear y prosperar.
La libertad es una condición humana, la prosperidad su consecuencia.
Carlos Postigo
La libertad es precisa si queremos ser libres. Si uno tiene hambre y va donde alguien está pescando y le pide que le dé algo para comer, y le da un par de peces, eso está muy bien a priori. Pero si vuelve más días y se le todo el pescado que necesita, sin darse cuenta irá perdiendo la libertad, se volverá dependiente del que le da el pescado, de los demás.
Pero si después de alimentarse, al cabo de unos días se le dice: vamos a enseñarte a pescar para que tú seas independiente, libre. Y aprende, es cuando uno es realmente libre del que le da pescado, de mí o de otro cualquiera.
Con las ideas y teorías, las creencias, pasa lo mismo: si uno no ve por sí mismo, si no ha visto donde está lo falso y donde lo verdadero, si no ha visto en lo falso también lo verdadero, seremos dependientes, sin libertad, de los demás. Ya sea de los maestros, los gurús, los salvadores, los lideres, los que dicen que saben,