Ayer me comentaba un amigo que no se sentía feliz en el trabajo. Me decía que estaba cansado de plantear ideas, crear soluciones pero todo acababa en saco vacío. Ninguna de la propuestas que había planteado llegaba a materializarse.
Se sentía frustrado, quemado y con ansiedad. Creo que la palabra que mejor lo resume es “castrado”; es decir, tiene anulado todo su potencial. No puede expresar su talento, capacidades y habilidades que le hacen ser único.
Esta impotencia nos anula como personas y acabamos sintiéndonos desorientados y fracasados. Pensamos que tenemos que conformarnos porque tenemos obligaciones y que es lo que nuestro destino nos tiene marcado… y no hay nada que hacer.
Creo que algo sí se puede hacer. Hay unas pequeñas estrategias que nos pueden hacer plantearnos nuestra situación.
1. Expresa
Lo primero y más urgente que podemos hacer cuando estamos en este tipo de situaciones es expresar todo ese potencial que llevamos dentro. Cada persona es diferente y el contenido puede ser distinto.
La pintura, la música, la ayuda social… hay muchas maneras de expresar, pero lo importante es que no se quede dentro. Si no es así acaba pudriéndonos y generando distintos tipos de enfermedades y no solo psicológicas.
2. Apoyo
Contar con la pareja, amigos, familia, grupos diversos en nuestro día a día nos aporta una gran cantidad de apoyo emocional que nos puede servir para expresar nuestra frustración, sentirnos arropados y poder llegar a una nueva situación.
Las otras personas pueden darnos diferentes puntos de vista e incluso nos pueden ayudar a que veamos nuestra propia situación desde una perspectiva externa y poder así tomar conciencia para un futuro cambio.
3. Crea
Crear nos ayuda a expresar aunque sea de una manera indirecta. No solo lo podemos hacer de manera externa a lo laboral, mediante el arte, el baile u otras modalidades que hemos comentado antes.
También podemos ser creativos (porque todos lo somos aunque nos digamos que no… es cuestión de desarrollar la habilidad) dentro de nuestras funciones laborales diarias. Es cuestión de encontrar el hueco por el que podemos “escaparnos” y empezar a hacer algo diferente de una manera sutil pero efectiva.
4. Resiliencia
La resiliencia no significa que tengamos que aguantarnos o resignarnos con nuestra situación. La resiliencia nos ayuda a tomar una perspectiva diferente de nuestra realidad para poder sentirnos en paz y tranquilidad aun en la adversidad.
Esta capacidad se desarrolla desde una correcta evolución emocional, un constante aprendizaje y voluntad de aceptar la realidad. Si así lo hacemos, viviremos dejando correr las energías negativas y concentrarnos en las positivas.
5. Cambia
En último lugar (o podría ser el primero) siempre nos queda la opción de cambiar para que cambie nuestra vida. Si estamos en un trabajo atados y frustrados, en última instancia estamos pagándolo con nosotros mismos, nuestro cuerpo y nuestra salud y bienestar.
Puede resultar radical, pero plantearnos un cambio y luchar por realizar una actividad que nos haga felices, dando sentido a nuestra vida y con salud es un acto de gran amor propio. Si lo hacemos por nosotros, nuestro Amor se irradiará a los que nos rodean.
Carlos Postigo
