6 Pensamientos Para No Enjuiciar

Creo que un hábito sano para nuestra salud mental es no juzgar. Lo hacemos de forma muy habitual y principalmente cuando acabamos de conocer a alguien. A partir de lo que percibimos de esa persona, establecemos una serie de juicios: “este oculta algo”, “por lo que acaba de decir es un poco chulo”, “con esas pintas no me fío”…

6 Pensamientos para no enjuiciar

Si apartáramos esos juicios podríamos relacionarnos de forma más sana, puesto que no daríamos por hecho cosas, dejaríamos de estar a la defensiva y llegaríamos a una comunicación más clara y positiva.

Todos sabemos lo complicado que es no juzgar a las personas. Aunque se nos dice por todos los lados que no debemos hacerlo, a la hora de la verdad creo que somos mayoría los que lo hacemos, aunque nos hayamos propuesto lo contrario.

A continuación os dejo un listado de pensamientos que podemos leer de vez en cuando para refrescar nuestro propósito de no enjuiciamiento. Aunque cada uno de ellos puede llevar a una reflexión muy profunda, voy a dar una ligera pincelada para nuestro día a día:

  1. “Desconozco sus circunstancias vitales”

Cuando estamos con alguien, aunque le conozcamos de mucho tiempo atrás, no conocemos los acontecimientos vitales que le han llevado a esa persona a actuar de la manera actual. El respeto a su pasado es una actitud que mejora la comunicación.

  1. “Lo que percibo no es realmente esa persona”.

La forma de vestir, de hablar o incluso el lenguaje que se utiliza no determinan lo que es una persona. Aunque sean expresiones de su personalidad, no tienen por qué tener el mismo significado que nosotros le damos. El dibujo de un tatuaje puede ser una forma de expresar algo para esa persona muy diferente de lo que puede significar para mí.

  1. “Es como mejor puede ser”

Las personas somos la mejor versión de nosotros mismos en cada instante. Nunca se puede ser menos de lo que uno es porque nuestra vida es acumulativa. Cuando sabemos algo que nos puede beneficiar y no lo utilizamos, no dejamos de saberlo y por tanto seguimos siendo una versión mejor que la que éramos cuando no lo sabíamos. Solo hemos decidido no usarlo.

  1. “Somos diferentes, por lo tanto tenemos pensamientos distintos.”

Desde un punto de vista bio-neurológico, todos somos diferentes con experiencias dispares, por lo tanto nuestros pensamientos nunca podrán ser iguales. Al no juzgar escuchamos esos pensamientos únicos y no perdernos lo que nos quiere decir esa persona.

  1. “Lo que pienso procede de mí, no es la otra persona”

Nuestros pensamientos se crean en nuestro cerebro, no son la realidad externa. Cuando pensamos que alguien es “X”, lo creemos desde nuestra experiencia. La otra persona no tiene nada que ver con ese pensamiento que solo existe en mi cabeza.

  1. “Si no me enjuicio, no enjuicio”.

Más que un pensamiento, es la clave para no enjuiciar.

Cuando juzgamos a alguien es porque primero nos juzgamos a nosotros mismos, lo que pasa que muchas veces no nos damos cuenta. Si nosotros somos exigentes con nosotros mismos, lo vamos a hacer con los demás.

Os animo a tener estos pensamientos en mente para cuando conozcáis a alguien o incluso en vuestras relaciones habituales.

¿Qué otros pensamientos pueden prevenir el juicio? Os animo que deis vuestra opinión.

Carlos Postigo

13 comentarios en “6 Pensamientos Para No Enjuiciar

  • Muy buen post sobre los juicios, que tanto nos limitan. Es importante trabajarse uno mismo los juicios que hace a los demás de forma espontánea. muy en nuestra cultura. Es tan sencillo como que: Si enjuicio me enjuician, si no enjuicio… no me enjuician.

    Hoy he recibido una imagen muy linda que decía: cuando alguien juzgue tu camino, prestale tus zapatos

    Gracias carlos!

  • Me encanta iniciar el día leyendo este interesante post. A veces me pillo juzgando cuando realmente me doy cuenta que simplemente quiero interpretar las cosas solo desde mi punto de vista. Me gustó mucha la primera pauta «Desconozco sus circunstancias vitales» realmente no sabemos las experiencias vividas de cada quien y los motivos que les llevó a forjarse en el hoy. Todos tenemos nuestras vivencias y ponemos nuestro granito de arena al respetarnos y al respetar a otros. Un placer Carlos descubrirte y leerte. Abrazos.

    • Muchas gracias por tus palabras Saiduby. Aunque sea muy difícil no juzgar, creo que deberíamos trabajar este hábito. Las veces que lo hacemos nos sentimos libres y en conexión con la otra persona. Realmente es una comunicación de corazón a corazón.
      Un abrazo.

  • Claudia Muñoz Godoy

    Excelentes pensamientos, son muy útiles sobre todo para mi que trabajo en Residencia de Lactantes y Niños vulnerados. donde tratamos con los familiares de ellos y hasta con nuestros mismos compañeros repente por la forma de vestir o simplemente el tono de voz juzgamos sin verdaderamente darnos tiempo de conocer y entender al otro
    Se agradece estos consejos que ayudarán a llevar una mejor relación social y personal

    • Cuando se trabaja con personas hay que ser muy cuidadoso con nuestras actitudes, palabras y hechos. Podemos hacer mucho daño por juzgar. Por ello creo que los psicólogos y terapeutas deberíamos hacer previamente un trabajo personal. Nos conoceríamos más y reduciríamos el riesgo de daños en el futuro.

  • Gracias por el post.
    No enjuiciar, no prejuzgar, escuchar al que nos habla y no las respuestas que aparecen en nuestra cabeza. No adelantarnos, como si supiésemos que nos van a decir, es enriquecedor y sorprendente.
    No juzgar es algo que me estoy trabajando poco a poco. Porque como decís muchas veces los juicios son instantáneos y no conscientes. Un día me dí cuenta y di gracias. Juzgar es una gran responsabilidad y agradezco que no sea esa mi labor. Ni estoy preparada ni me gustaría tener esa carga. Yo no se lo que le cuesta a esa otra persona que está enfrente de mi hacer algo o dejar de hacerlo. Suponemos «¿Como puede hacer tal o cual cosa?» Nunca tendremos la respuesta, no estamos en su cabeza y no conocemos todo lo que le influye. Por lo mismo las comparaciones no sirven de nada. Juzgar también es comparar.
    El hecho de no juzgar a una persona, sin embargo, no implica que no pueda juzgar o condenar según que actos o circunstancias injustas. Ya que, a mi modo de ver, en el crecimiento personal está implícito el rechazo a la violencia de cualquier tipo y los abusos, el rechazo de las injusticias.
    Otra cosa distinta son los prejuicios de los que hablaba Carlos. O el creer que todos deben pensar y actuar con nuestra escala de valores.
    Que yo no juzgue y no condene a nadie no implica que no pueda determinar que una persona me hace daño o no me conviene.
    Cuando alguien no me conviene a mi, no me ayuda a ser mi mejor versión, seguramente yo tampoco le convengo.
    El no juzgar a los demás no implica el que deje de ser selectivo con las personas que elijo para compartir mi tiempo. Y me parece lógico desear que esas personas y esas relaciones sean enriquecedoras para todos los implicados.
    A mi me costo descubrir esto y aún lo estoy interiorizando.
    Me estoy alargando demasiado, hasta pronto 🙂

  • Elsa Ochoa Ch.

    Dice una comentarista «cuado alguien no me conviene a mi,…seguramente yo tampoco le convengo.»Qué determina, el que «no me conviene…», inciden muchas cosas y depende de la persona que lo está viendo y diciendo. En mi caso y de principio, en cada persona veo a alguien con quien me puedo relacionar y no es que mi selección se acabe, no, es que comprendo que cada persona lleva su «propia lucha», entonces intimando algo, tal vez y aunque de momento nos podemos ayudar. Ahora el no juzgar, como dice la comentarista no implica el que deje de ser selectivo con las personas que elijo para compartir y me parece razonable » desear que esas personas y esas relaciones sean enriquecedoras para todos. » Cuando yo tengo un conocimiento personal, todo me dice de esa persona, su mirada, su voz, sus gestos, sus respuestas, sus evasivas, es decir todo su lenguaje etc, pero con el surgimiento de la internet, por lo menos para mí hay muchos cambios. Hay un desconocimiento, casi total de la persona que está al otro lado, solo queda entonces confiar en que nos estamos rodeando de personas por lo menos afables. En el caso de los Sicólogos, Siquiátras, Trabajadores Sociales, Médicos Generales, Jueces, Fiscales y demás, juzgar apriori ni se puede, ni se debe, estos profesionales, considero, tienen ante sí, personas por lo regular con antifaces que con sumo respeto y cuidado deben de ir quitándolos hasta dejar a la persona, como quien dice, limpia, para desde allí «ayudarlos», a que emerjan seres útiles a la sociedad, como se dice en los estrados judiciales.

  • Luis Miguel Lucati

    ¡Hola, Carlos! Buena publicación. Quiero brindar un aporte para este artículo que me parece relevante destacar.
    Ya que somos máquinas de hacer juicios automáticos, ya sean opiniones públicas o privadas, me parece que en vez de buscar no hacerlos, es mejor considerarlos para lograr armar un análisis de dónde provienen dichos juicios. No sólo servirá para detectar cómo llegué a juzgar así, sino que también me ayudará a verificar si en el futuro, en un caso similar, seguiré juzgando igual.
    Como seres humanos, tenemos el derecho de equivocarnos, pero también, si no nos gusta sufrir, tenemos la obligación de reconocer nuestros errores. ¡Y con orgullo!
    Saludos

    • cpostigom

      Hola Luis:

      Sí, analizar esos juicios que hacemos nos ayuda a conocernos y por tanto a sanar y crecer como personas.

      Muchas gracias por tu espléndida puntualización.

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