El “Qué Dirán”: Una Piedra En El Camino Del Cambio

Acabo de leer un relato recogido por Ramiro A. Calle en su libro “El arte de la armonía” en el que un hombre es invitado a una casa. Cuando llega vestido modestamente es menospreciado y cuando lo hace por segunda vez pero vestido con una elegante túnica es alagado por todos. Entonces, cuando le piden que elija dónde sentarse, este tira la túnica sobre una silla y dice: “Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y consideración. Que se quede ella a cenar con vosotros”.

Este pequeño relato nos habla de la manera en la que solemos tratarnos entre nosotros. Valoramos, enjuiciamos y nos relacionamos a través de las apariencias dejando a un lado el quiénes somos de verdad.

Pero en esta entrada al blog querría hablar de otro aspecto que me ha inspirado el relato. Exactamente es el cómo nos determinan esas etiquetas y juicios que han hecho sobre nosotros y lo difícil que es por nuestra parte desprendernos de ellos.

No me refiero al trabajo que hemos hecho para quitarnos esas etiquetas, sino al paso que debemos dar para mostrarlo e ir en contra de esa corriente de opinión ya forjada, principalmente por las personas más cercanas a nosotros.

Me imagino que te habrá pasado en algún momento que has descubierto algo en ti, o que eres de una manera distinta a como pensabas que eras y has decidido ser como “realmente eres”. Seguro que has sufrido una gran resistencia por el mundo que te rodea.

Si siempre te has comportado de una manera y decides hacerlo de otra que te hace ser tu mismo, sentirás cómo se te presiona para que no te muevas y no forzar la seguridad ficticia con la que viven los que te rodean.

Habrás escuchado comentarios del tipo: “si tú no eres/eras así”, “antes eras diferente y me gustaba más”, “eres un veleta, un chaquetero”, “no sabes lo que quiere”…

Si te das cuenta, todos son comentarios que defienden la seguridad de las personas que los realizan y nada tienen que ver con tu decisión fuerte de ser tu mismo. El miedo al cambio de los demás no te tiene que influir en ti.

Pueden pasar los años y estas personas que no aceptaron tu cambio pueden seguir viviendo en una falsa realidad basada en tu antiguo comportamiento. Aunque sigas sintiendo inseguridad, en el fondo acepta que eres así.

Desde aquí te animo a persistir en tu nueva actitud, conducta, modo de vida si esta es tu misión y tu sentido en la vida. La resistencia externa no deja de ser una manifestación del inmovilismo y de muerte en vida.

Por supuesto que podrás pensar “¿Qué dirán?”, pero si el cambio surge de tu interior, según dicta tu corazón, ¿qué más da la opinión o comentarios de otros que no son tu vida, que no son tú?

Quien se resiste al cambio se niega a vivir.

Carlos Postigo

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