Lo Que La Envidia Esconde

Durante los años que he estado trabajando en una oficina he observado una gran cantidad de comportamientos que me han hecho aprender mucho acerca de las relaciones personales en el ámbito de la empresa y extensibles a su vez al resto de nuestra vida.

Carlos Postigo Psicólogo
«El Balancín» – Francisco José de Goya y Lucientes

Uno de los comportamientos que más me impactaron y que es muy frecuente es el que llamo “El Principio CM” en referencia a un compañero que solía hacer gala de él. Otra forma de nombrarlo sería “Baja Tú Que Yo No Subo”.

¿En qué consiste este principio? Muy sencillo: cuando no nos vemos capaces de alcanzar el nivel percibido obtenido por una persona, en vez de esforzarnos y conseguir el nuestro, como no nos vemos capaces, hacemos todo lo posible para que el otro baje al nuestro.

Un ejemplo en la oficina es cuando a un compañero le reconocen un mérito y nosotros, en vez de aprender, emularle o averiguar cómo lo ha hecho para conseguirlo, nos dedicamos a desvirtuarle y quitarle méritos infravalorándole.

El sentimiento que hay detrás, por supuesto que es la envidia. Pero no debemos olvidar lo que se esconde detrás de esta envidia: la baja autoestima y nula confianza en uno mismo. No nos vemos capaces de alcanzar algo y reaccionamos en vez de actuar en consecuencia.

Esta es una de las consecuencias que tiene la baja autoestima. A la larga, este comportamiento no solo puede afectar a la persona envidiada que acabará alejándose, sino que la principal víctima será el envidioso.

Vivirá bajo el peso de la frustración, la incapacidad e impotencia de alcanzar sus deseos y por tanto estará más pendiente de los triunfos y éxitos de los demás que de poner todo su esfuerzo en él.

Esta estrategia nos hace ser manipuladores, maquiavélicos y cizañeros. Desarrollaremos estrategias que hagan que la otra persona se sienta mal, provocaremos situaciones que intenten hacer daño y en última instancia que la otra persona no sea meritoria de su trabajo.

Si en algún momento te has sentido de esta manera y te reflejado en este comportamiento, solo tienes que mirarte dentro de ti mismo y “ver”, sentir qué es lo que quieres y luchar por tus sueños.

Pon toda tu atención en tus necesidades, tanto físicas como espirituales o existenciales. Céntrate en lo que realmente necesitas: encontrar alguien a quién amar, sentirte pleno o plena laboralmente, servir incondicionalmente…

Escúchate, acéptate y hónrate: sólo te tienes a ti. Si tú no estás, no puedes dar, servir, ofrecer, ayudar y entregar todo lo que quieres o tienes a los demás.

¿Te has planteado qué es lo que tienes dentro de ti? ¿Te has escuchado? Si, me refiero a esa vocecita, ese susurro que nos llega desde el fondo y nos dice cuál es nuestro camino y misión en la vida.

Escúchate y respétate, solo así dejarás de poner el foco en el otro y centrarte en tu necesidad profunda que dará sentido a tu vida, foco  y voluntad por hacer que el otro también suba contigo.

Carlos Postigo

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