Los 4 Hábitos De La Expresión “Te Amo”

Tenemos la idea (o la experiencia) de que cuando se inicia una relación de pareja, al principio es muy común repetir casi hasta la saciedad “Te quiero” o “Te amo”, pero que al transcurrir el tiempo, su uso decae hasta casi desaparecer o hacerlo totalmente.

Expresion
Romeo y Julieta – Sir Francis B. Dicksee

Dando por hecho la existencia necesaria del sentimiento amoroso, me gustaría destacar cuatro hábitos que os aconsejo desarrollar o mantener para que haya una fluida y exitosa relación afectiva.

Una aclaración. Estoy de acuerdo con aquellos que opinan que no es lo mismo “Te quiero” que “Te amo”, pero en este artículo voy a usar esta última expresión al tener un carácter más poderoso, expansivo y profundo. Así destaco la necesidad del sentimiento por encima del convencionalismo de la expresión.

  1. Decir “Te Amo”

Como ya he destacado, decir “Te amo” es algo muy común en los inicios de una relación. Pasado el tiempo vamos perdiendo este hábito debido a diversos factores (monotonía, falta de comunicación…) Si mantenemos este hábito generamos que la otra persona no solo se sienta querida, sino que además le aportamos valor, autoestima y aceptación. Por contrapartida, nosotros expresamos un sentimiento de amor, lo que nos supone no solo una liberación interior, sino que obtenemos espacio para recibir más amor.

  1. Escuchar “Te Amo”

Podemos oír que nos aman o nos quieren, pero no siempre lo escuchamos. Damos por hecho que cada vez que nos los dicen es por costumbre, sin sentimiento, y este hecho nos hace encerrarnos en nosotros mismos. Cuando escuchamos, estamos aportando confianza en la otra persona, lo que la va a hacer sentirse amada. A su vez, nosotros nos sentiremos amados y respetados. Seremos dignos de ese amor y como respuesta lo devolveremos con más emoción.

  1. Decirse “Te Amo”

No podemos amar si no nos amamos a nosotros mismos. Es difícil decirse uno a sí mismos que se ama. Porque no nos lo dice alguien de fuera, nos  sentimos poco válidos, dignos y merecedores de ese amor; necesitamos la aprobación externa para sentirnos amados. Cuando nos amamos, no solo aceptamos lo que somos, sino que nos sentimos agradecidos por ser como somos, lo que extendemos a todo lo que está fuera de nosotros. En este momento podemos dar amor, porque lo tenemos.

  1. Escucharse “Te Amo”

Es muy habitual leer o escuchar lo positivo y beneficioso que es decirse frases positivas y motivadoras uno a sí mismo, incluso delante del espejo. Pero si solo las oímos, no llegarán jamás a ejercer su función. Las repetimos varias veces sin creérnoslas, como una letanía vacía. Cuando las escuchamos, no hace falta tener fe en esas frases, sino que las sentiremos como algo que ya somos, sin necesidad de motivaciones externas. En este momento es cuando nos decimos que nos amamos sintiéndolo, no creyéndolo.

Cuando hemos desarrollado los cuatro hábitos anteriores nos amamos y amamos a los demás, sentimos que ese amor nos llega y le ofrecemos abiertamente. Entonces “vemos”, porque sentimos, la importancia de decir y decirse “Te Amo”, aun sin palabras de por medio.

Carlos Postigo

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