“Este chico es el tonto de la clase”, “es que es patoso”, “nunca ha tenido sentido del humor”. Son expresiones que alguna vez en nuestras vidas hemos escuchado o incluso hemos podido llegar a decir.
Cuando etiquetamos, tratamos a la otra persona según las características de esa etiqueta, dejando a un lado y no teniendo en cuenta su forma de ser, su personalidad y capacidades propias.
Este etiquetamiento no solo lo podemos vivir en nuestras relaciones más mundanas. A nivel profesional puede causar daños irreversibles. A continuación detallo un listado de consecuencias negativas que trae el etiquetamiento.
- Sensación de Dependencia
Una persona que se haya “creído” la etiqueta que le pusieron o le ponen hoy en día no es totalmente libre. Siente una cierta dependencia de esa etiqueta y por tanto puede verse forzada a cumplir con ese papel.
A veces, por miedo a cambiar, repetimos algo que no nos pertenece solo por cumplir con lo esperado.
- Despersonalización
Cuando actuamos bajo una etiqueta, sentimos que no somos nosotros mismos y por tanto que estamos actuando según un papel.
Este etiquetamiento es impuesto exteriormente y no es algo propio de nosotros, por lo que nos puede generar una gran sensación de falta de personalidad.
- Infravaloración
Realmente, al comportarnos de esta manera estamos minando nuestra autoestima. Sentimos que no somos dueños de nuestras vidas, habiendo fuerzas externas que nos manejan y manipulan.
Esta situación se percibe claramente cuando nos etiquetan con alguna enfermedad y nos identificamos con ella. Sentimos que no podemos luchar contra la fatalidad propia de la enfermedad.
- Elecciones Contradictorias
Cuando estamos “bajo el influjo” de una etiqueta tomamos decisiones en función de esta a la vez que expresamos inconscientemente nuestra forma de ser. La consecuencia es un comportamiento que puede resultarnos diferente al pretendido.
Solo cuando nos libramos de las etiquetas, nos sentimos plenos y libres de tomar las mejores decisiones y sentirlas como tales.
- Victimismo y Autojustificación
Una de las consecuencias más habituales y fáciles de percibir es la autojustificación que nos genera una etiqueta. “Como soy según me han dicho, yo me sigo comportando así, es inevitable”.
Es normal que este comportamiento no nos haga felices, pero como es efecto de una forma de ser impuesta, sentimos que no tenemos poder para “quitárnosla” y acabamos siendo víctimas de nosotros mismos y dificultando nuestra “liberación”.
- Desorientación y Falta de Sentido
El etiquetamiento nos hace comportarnos, sentir y pensar de una manera que no corresponde con nuestra verdadera forma de ser. Nos podemos sentir confusos respecto a nuestras decisiones y objetivos en la vida.
De aquí llegamos a una falta de sentido en la vida que nos impide vivir con ilusión, pasión y motivación. Solo cuando nos vamos despegando las etiquetas, vamos vislumbrando quiénes somos y qué somos, con nuestra misión en la vida.
Etiquetar es efectivamente es un peligro para uno mismo. No sólo ponemos etiquetas a las personas sino también a la situación (“Mi salud me está fastidiando”). Para algunos la enfermedad es un maestro y para muchos es una maldición. También etiquetamos al clima (“¡Qué tiempo mas malo!”). No hay tiempo malo ni bueno; simplemente hay tiempo. Sólo hay una vestimenta no adecuada. La lluvia es un fastidio para muchos y es una bendición para unos. Sólo hay percepción. Si cambiaráramos nuestra percepción cambiaría de cómo nos sentimos (clima y enfermedad, en los ejemplos de arriba). Cuando etiquetar a una situación, una cosa y el clima, les damos nuestro poder, y lo peor es que nos sentimos mal. Y si etiquetamos a las personas les enemistamos. Así que ¡FUERA etiquetamiento!
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Ross Galán, Ph. D
La elección NO es ni correcta ni equivocada. ¡Es neutra! El resultado sí que es «bueno» o «malo»; ni siquiera es bueno ni malo. Sólo es UN resultado que puede gustarnos o no. El hecho d elegir en sí es NEUTRO.
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Ross Galán, Ph. D