8 Formas de Flexibilizar Nuestro Pensamiento

¿No tienes a veces la sensación de que tus pensamientos son un poco rígidos? ¿No te estarás perdiendo algo valioso y agradable? Creo que es un hábito saludable revisar de vez en cuando ciertas ideas que tengo y comprobar si su inflexibilidad me está impidiendo disfrutar más de mi vida.

Flexibilizar Pensamiento

Te voy a dar ocho trucos que te pueden ayudar a hacer esa revisión. Seguro que gracias a estos consejos, alguna idea que tenías formada como muy rígida va a modificarse y transformarse en otra más abierta.

  1. Ver lo mismo desde una perspectiva alejada de la situación.

Esta es una técnica muy utilizada en el campo del Coaching. Consiste en imaginar que nos trasladamos fuera de una escena que podamos estar viendo con nosotros incluidos; sería como un desdoblamiento. Con esto conseguimos ver lo que estamos viviendo y a nosotros mismos reaccionar.

  1. Detectar los “Debería…” o “Tendría…” externos a nosotros mismos.

En este truco te planteo detectar esos “Yo debo…” o “Yo tengo que…” con las que no te sientes a gusto y ajustarlas a tus necesidades. Conseguirás que tu pensamiento no se sienta atado a obligaciones externas y pensar más por ti mismo.

  1. Tomarnos nuestro minuto de tranquilidad.

En otra entrada de este blog ya hablé de ese minuto de tranquilidad que tanta salud nos aporta. Otro de sus beneficios es que ayuda a parar y analizar con más serenidad lo que pensamos.

https://carlospostigo.wordpress.com/2014/10/13/5-pasos-para-un-momento-de-paz/

  1. Practicar opinar lo contrario a como pensamos.

Hace ya muchos años participé en un juego en el que tenía que defender lo contrario a lo que yo opinaba. Tanto me ayudo a flexibilizar los pensamientos que lo tengo como un antes y un después. Te invito a que lo hagas con un amigo, pareja o compañero de trabajo. Tu pensamiento crecerá.

  1. Buscar excepciones a las generalizaciones.

Una técnica clásica de la Psicología Cognitiva. Cuando te descubras diciendo “Siempre es así” o “Nunca es de esta manera”, plantéate si hay alguna excepción. El simple acto de hacerlo te puede ayudar a ver nuevas posibilidades.

  1. Acercarnos a otras posturas sin prejuzgar.

Esta técnica es muy poderosa pero muy exigente. Intenta leer un periódico, libro o escuchar una opinión contraria a la tuya sin prejuzgar sobre lo que nos va a decir, solo escuchando el mensaje y analizándolo. Puede que nos demos cuenta de algo nuevo.

  1. Separa tus emociones de tus pensamientos.

Muchos pensamientos son rígidos porque los tenemos asociados a ciertas emociones. Separa estos dos elementos y podrás tener una perspectiva diferente de otras opiniones y de las tuyas.

  1. Escuchar sin ego.

Para mí la más importante aunque la más difícil. Escucha sin ego, sin sentirte identificado con tu pensamiento. Inténtalo de vez en cuando y descubre sus ventajas.

Carlos Postigo

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