5 Poemas de Antonio Machado que sirven de terapia

Cuando hablamos de terapia psicológica no debemos imaginarnos un proceso rígido con sus pautas y sus herramientas que un profesional maneja a la perfección y que un paciente debe seguir para sentirse mejor.

Todo lo contrario, en terapia debemos tener en cuenta todo aquello que pueda ayudar a nuestro paciente a conseguir su objetivo y para ello qué mejor que utilizar herramientas de toda la vida como los cuentos, las fábulas o la poesía.

En este caso me gustaría compartir 5 poemas de Antonio Machado, el poeta sevillano del siglo pasado cuyas palabras nos hacen reflexionar, sentir y por tanto, ver la realidad de una forma diferente y más sana.

1. Luz del alma…

Luz del alma, luz divina,
faro, antorcha, estrella, sol…
Un hombre a tientas camina;
lleva a la espalda un farol.

Por mucho que andemos a ciegas en la vida, tropezando, cayendo y volviendo a tropezar, Antonio nos dice que a la espalda llevamos una luz. No sabemos su origen, pero la llevamos.

y, ¿qué luz es esa? En realidad, no lo sabemos. Tal como nos advirtió Platón en el mito de la caverna, no podemos mirar de frente esa luz, solo podemos ver sus sombras, pero lo que sí está claro es que esa luz ilumina y siempre podremos ayudarnos de ella para poder caminar.

2. Y volver a sentir…

Y volver a sentir en nuestra mano
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre… Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.

¡Qué importante es el amor! Pero Machado no nos está hablando del amor a secas, el que podemos sentir por nuestro equipo de fútbol; nos está hablando del amor de una madre, del amor incondicional.

¿Y qué mayor amor que el incondicional? Aquel que nos hace actuar sin nada a cambio, solo por el amor de actuar. Pero, ¿y si viviésemos sintiendo ese amor hacia nosotros?¿Cómo viviríamos?

3. La verdad es…

La verdad es lo que es,
y sigue siendo verdad
aunque se piense al revés.

La aceptación es un reto para todos nosotros, no solo para aquellos que están en un proceso terapéutico. Aceptar supone no rebelarse, asumir que las cosas son como son y no negarlas. Por supuesto que podemos cambiarlas, pero sola y únicamente podremos hacerlo una vez que las asumamos.

Por tanto, ya puedes pensar de una u otra manera, que la realidad es la que es, y asumirlo nos aleja del pensamiento cerrado y de ese “tener razón” que tanta paz mental nos roba.

4. Si vivir es bueno…

Si vivir es bueno,
es mejor soñar,
y mejor que todo,
madre, despertar.

En esta poesía, Machado sintetiza el proceso de crecimiento personal que puede realizar toda persona que quiera desarrollarse. En primer lugar nos habla de lo bueno que es vivir, como si niños fuéramos, ¿verdad?

Pero luego la realidad nos duele con tantos desengaños y entramos en la fase de negación y huída de la misma, hasta que decidimos dar un paso y ver las cosas de otra manera, despertando, “viendo” la realidad de manera que volvemos a vivir pero conscientes.

5. ¿Tu verdad?…

¿Tu verdad? No, la Verdad,
y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela.

Esta es una de mis poesías favoritas de Antonio Machado. Creo que estos tres versos deberíamos tenerlos presentes en todo momento; nos evitaríamos una gran cantidad de discusiones innecesarias.

Ya no es cuestión de si existe algo como la Verdad o no; lo importante es que dejemos de encerrarnos en nuestro pensamiento y nos abramos, a su vez que la otra persona también lo hace. No solo así podremos acercarnos a esa supuesta Verdad, sino que viviremos más felices como individuos solitarios y como parte de un otro siempre presente en nuestras vidas.

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