Sabemos que una jornada laboral de muchas horas diarias puede ser la fuente de un gran estrés, malestar e incluso de patologías psicológicas y/o físicas.
Desde que nos levantamos tenemos en la cabeza la imagen de una jornada que seguramente será agotadora y que al final del día, como por arte de magia, se confirmará. De aquí sacaremos un nuevo argumento para tener la misma idea a la mañana siguiente.
Sin embargo, hay unos pequeños trucos que nos pueden facilitar esta tarea y acabar disfrutando de esas horas de trabajo:
- Relaciónate
He conocido personas que iban a la oficina, hacían su trabajo y se relacionaban lo mínimo con sus compañeros. Solo lo hacían con sus responsables cuando era imprescindible. Su comportamiento les causaba aislamiento y frustración.
Ábrete, habla y escucha. De esta manera no solo podrás conocer nuevas personas, sino que te sentirás más útil y valioso, y por tanto con mayor autoestima.
- Sonríe
Aunque fácil, puede resultar de lo más difícil para algunas personas.
Una sonrisa al llegar genera alegría tanto en ti como en las personas que la reciben. Este sentimiento te generará energía y motivación para realizar tu trabajo de una manera más alegre y feliz.
- Tómate un tiempo de relax
Hay momentos en los que estamos tan cargados haciendo cosas que necesitamos parar y tomar fuerzas.
Para ello puedes cerrar los ojos, respirar tres veces profundamente y centrarte interiormente volviendo a conectar contigo mismo de nuevo. Sentirás tus fuerzas renovadas.
- Agradece
Como en otra entrada ya comenté, el agradecimiento da resultados magníficos.
El agradecer poder trabajar, tener objetivos, compañeros, infraestructura, capacidades, habilidades… nos hace tomar otra perspectiva y por tanto enfrentarnos a nuestro día de trabajo con muchas más fuerza y alegría en el semblante y el corazón.
- Muévete
Junto con el momento de relax, es conveniente y muy saludable el moverte de tu lugar de trabajo.
Aunque tus funciones sean de mucho movimiento, puedes tomarte unos minutos para hacerlo de otra manera (un simple paseo a ritmo lento, por ejemplo), incluso combinándolo con la técnica de relajación anteriormente descrita.
- Crea
He escuchado muchas veces eso de “mi trabajo es muy monótono”, y quizás sea cierto.
De todas las maneras, seguro que en tu día a día hay alguna función que puedes hacerla diferente, o crear alguna nueva que no sea muy laboriosa. Estos simples hecho te van a motivar y hacer sentirte más útil.
- Aprende
No solo en el trabajo, sino en la vida, es una de las actitudes más saludables que existen.
Si trabajas de cara al público tienes una gran oportunidad de conocer mucha gente y por tanto de aprender de ella. Si no es así, puedes dirigir este aprendizaje hacia tus funciones habituales y esas nuevas que puedes estar dispuesto a asumir.
- Haz algo diferente
Junto con la actitud de Crear, puedes comprometerte a hacer algo distinto todos los días.
No tiene por qué ser relacionado con el trabajo: subir por las escaleras en vez de usar el ascensor, tomar un desayuno diferente o incluso sentarte de una manera distinta… es cuestión de “jugar”.
- Aquí y Ahora
Estar en el Aquí y ahora nos supone mantener la atención en lo que estamos haciendo.
La dispersión mental agota y por tanto te deja sin energía para afrontar tu labor a pleno rendimiento. Si te centras, mantendrás un alto grado de energía y te sentirás mejor.
- Sé fiel a ti mismo
Quizás sea la clave: se fiel a ti mismo, tu sueño, tus valores y forma de ser.
Si cumples con esta clave, seguro que harás aquello que te hace feliz y podrás poner en práctica al cien por cien los anteriores trucos para tener una placentera jornada laboral.
Carlos Postigo