Cuando hablamos de Ilusión podemos entrar en un interesante debate acerca de su significado. Podemos oscilar entre considerarla como un “engaño” hasta considerarla el sentido de nuestra vida.
Otras ópticas opinan que ambos polos son complementarios, es decir, que ese sentido de nuestra vida es un engaño, lo cual no quiere decir que deje de tener sentido para nosotros a pesar de su falsedad.
Sin entrar en esta discusión, en este artículo me voy a centrar en el potencial que tiene en nuestro desarrollo personal y crecimiento como personas, independientemente de su posible “engaño”.
- Fuerza
La Ilusión la sentimos habitualmente como una fuerza que nos mueve, nos empuja o nos arrastra hacia un objetivo o sentido en la vida. Podemos notar una energía que nos nace de lo más profundo de nosotros y hace que sintamos activas todas las células de nuestro cuerpo.
Cuando por ejemplo aceptamos un proyecto que nos ilusiona, nos entregamos a él de una forma completa, que de otra manera no seríamos capaces. Podemos estar horas y horas haciendo algo sin ser conscientes del paso del tiempo ni del cansancio.
La Ilusión en una fuerza que nos lleva a actuar y salir de nuestra zona de confort.
- Felicidad
Cuando nos ilusionamos nos sentimos felices. Sentimos una gran sensación de empoderamiento, con una alta autoestima y un elevado grado de valoración sobre nosotros mismos.
Recuerda ese momento que quizás hayas vivido en tu vida, en el que un chico o una chica que te gustaba aceptaba salir contigo. ¿Cómo te sentías? Quizás podías verte como una persona fuerte, plena y llena de aptitudes y habilidades.
Me viene el ejemplo de la película “Titanic” en la que Leonardo DiCaprio grita a los cuatro vientos: “Soy el rey del mundo”.
- Entrega
Si unimos la fuerza, la felicidad y un óptimo grado de autoestima, estamos en disposición de dar, entregar todas estas sensaciones a los demás; sentir la necesidad de compartir nuestra alegría, es decir, nuestra Ilusión.
Seguro que alguna vez has visto esa imagen de un amigo contando a todos que está saliendo con aquella chica que tanto le ilusionaba. Necesita expresar esa sensación que le llena y le desborda.
También tenemos ganas de ayudar a los demás, entregarles un poco de nuestra Ilusión y felicidad para que ellos puedan sentirse como nosotros. Deseamos su felicidad y a ser posible, la de todo el mundo. Nos volvemos Amor.
- Espiritualidad
Puede suceder que esta sensación de Ilusión nos haga conectar con algo de nosotros que hasta entonces no conocíamos. Algo en nuestro interior que quizás estaba escondido y que necesitaba la energía de la Ilusión para emerger.
Si hemos estado atrapados en las garras de la negatividad, el pesimismo y el victimismo, la Ilusión hace ver la realidad de otro modo, más positivo, alegre y alentador. Cambiamos de actitudes y por tanto de conductas. El resultado es un cambio en nuestra vida.
Podemos sentir este proceso como parte de un camino que debemos recorrer y por tanto entregarnos a él completamente. Puede ser el nacimiento de una nueva espiritualidad.
Carlos Postigo