Y quien dice Tablet también dice móvil, consola o cualquier otro aparato con poderes hipnóticos que secuestra la atención de nuestros hijos y quedan aislados del mundo que les rodea, principalmente de nosotros: sus padres.
Es algo habitual en la consulta que vengan unos padres quejándose que el niño coge la Tablet y no la suelta ni con agua hirviendo… bueno, con agua hirviendo sí y a base de voces, broncas y peleas.
A pesar de estas estrategias, los padres se suelen quejar de que normalmente no funcionan para el día siguiente y que qué pueden hacer para que haga los deberes, ayude a recoger la cena o simplemente que hable con ellos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que cada caso y niño es único y diferente a otros. Esto lo digo porque las estrategias que les pueden funcionar a unos padres no tienen por qué servir para otros. No es que no sepamos como padres, es que existen múltiples factores que pueden influir en el comportamiento del niño.
Pasemos a repasar algunos consejos que podemos poner en práctica para conseguir nuestro objetivo de que nuestro hijo nos haga caso:
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Ejemplo
Quizás sea la estrategia más fácil y difícil a la vez. Es fácil porque ¿qué más sencillo de hacer que no usar la Tablet o mostrar un uso controlado por nuestra parte? Y claro, es difícil porque somos los adultos los primeros que debemos cambiar de hábitos… y sabemos que eso es muy difícil.
Muchos padres a los que les hablo de dar ejemplo se suelen quedar callados y reflexionando. En este momento es cuando se suelen dar cuenta de cuánto usan la Tablet o el móvil sin que se hayan dado cuenta.
Así que, si quieres que tu hijo empiece a no depender tanto de la Tablet, observa qué uso haces tú.
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Compartiendo la Tablet
Otra opción que podemos usar es dar ejemplo pero compartiendo la Tablet con nuestro hijo. Es decir, podemos ponernos a jugar o a ver vídeos de Youtube con él pero mostrándole que podemos hacer un uso positivo de la Tablet.
Sería la estrategia de si no puedes con tu enemigo, únete a él. De esta manera, no solo tú como adulto conocerás más a fondo este mundo de las Tablet, sino que le estarás dando pautas sobre cómo usarlas.
Pero estate alerta y no te enganches tú, esta estrategia quedaría anulada en este caso.
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Acuerdo
Otra estrategia que podemos poner en práctica es llegar a un acuerdo sobre el uso de la Tablet. Podemos usarla como premio a la realización de tareas. Por ejemplo, si queremos que haga los deberes, le podemos decir que si acaba en una hora, puede usar veinte minutos la Tablet.
Si las circunstancias lo exigen, podemos invertir las tareas. Le podemos permitir que juegue durante un tiempo previamente si a colación hace los deberes. Si no es así, al día siguiente le explicamos que no cumplió el contrato y que no hay Tablet.
Pero cuidado, en un acuerdo hay dos partes, por lo que debes cumplir con tu palabra; si no lo haces, esta estrategia no servirá para nada y tu hijo aprenderá que haga lo que haga no sabe si va a haber premio o no, y ante esta duda… pues mejor seguir jugando.
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Alternativas
Otra opción que podemos poner en práctica es motivar a nuestro hijo a realizar otras actividades que le disuada de estar aislado pegado a la Tablet. Incluso, en el caso de que le ilusione una actividad pero aun así siga pegado a la Tablet, podremos usar aquella también como premio.
Lo ideal sería que los padres pudiéramos realizar estas actividades alternativas con ellos, pero si no es así, debemos hablar con nuestros hijos para saber qué actividades les gustan o motivan e incentivarles a que se apuntes a realizarlas.
Espero haberte ayudado a la hora enseñar un uso razonable y sensato de la Tablet a tus hijos. Si tienes dudas o quieres consultar algo más personal, puedes hacerlo en mi correo info@carlospostigo.es o aquí.
Este es un problema cada vez más frecuente.