¿Qué es el Ego? (I)

Antes de entrar en materia, querría aclarar que en este artículo no voy a referirme al Ego como una de las entidades que forman la psique humana según el teórico modelo psicoanalítico ni otras diferentes perspectivas.

Ego

Quiero tratar el ego como una experiencia propia, no objetiva pero sí real para cada uno de nosotros. No es un concepto científico, pero sí un fenómeno que sentimos y dotamos de existencia.

SER SOCIAL

El ser humano es social por naturaleza. Esta expresión puede dar lugar a muchos malentendidos. No significa que necesitemos ser “masa” (al estilo orteguiano), ni que seamos dependientes de otras personas desde un punto emocional.

Que seamos seres sociales nos dice que para construirnos como “seres”, evolucionar y desarrollar todo nuestro potencial en esta vida, es requisito la presencia del otro que nos suma, añade y complementa nuestro interior.

Pero esa complementariedad la damos forma de muchas maneras. A la hora de interactuar, hemos aprendido que hay maneras de recibir amor y aceptación de determinadas maneras estipuladas, olvidándonos y dejando nuestro ser más profundo soterrado, que ya era (y sigue siendo)amado y aceptado por nosotros mismos.

El hecho de confundir la “complementariedad” con la necesidad de aprobación e integración social de un amanera determinada, nace una estructura artificial que construimos nosotros con nuestra voluntad y basada en requerimientos y arbitrariedades y que llamamos ego.

EGO SOCIAL

El ego no deja de ser una construcción aprendida, mimetizada y adquirida a la que vamos añadiendo capas y capas de elementos externos a nosotros, porque en ningún momento dejamos expresar nuestro ser más profundo en este ego artificial.

Quiero destacar este hecho de construcción social y externa como algo muy importante para entender y diseccionar el ego. Los elementos de esta construcción que vamos armando, son todos externos a nosotros, es decir no somos nosotros.

El dolor que nos genera reconocer este hecho es prueba de la existencia de nuestro ego que se revela contra su aniquilación. Reconocer que lo que pensamos y mostramos a los demás lo hemos adquirido de lo ya existente y que no nos pertenece, es una de las pruebas de mayor humildad que debemos vivir.

ANDAMIO

Muchas veces comparo el ego con un andamio o armazón que vamos construyendo alrededor nuestro y que llega un momento en el que imposibilitamos mostrar lo que hay dentro. Nos acostumbramos a vivir de esta manera y ya no nos planteamos qué había (sigue habiendo) debajo.

Vamos mostrando lo que hemos construido y cuanto más tiempo pasa, más rígidos se vuelven los elementos que forman el andamio y por tanto más difícil volver a reconocer lo que en esencia somos.

Por otro lado, mantener este andamio artificial supone un gasto de energía enorme. Mostrar constantemente algo que hemos construido e ir controlando todo para que no se caiga ni se mueva ninguna pieza del andamio es agotador.

Una de las consecuencias de este control es la ansiedad con la que se vive constantemente. En este punto podemos parar y analizar la ansiedad que estamos sintiendo ahora mismo. ¿Qué seguimos manifestando con nuestro ego que está en contradicción con lo que somos realmente?

Seguirá…

Carlos Postigo

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