Trucos para mejorar la relación de pareja

Una vez que ya por fin hemos conseguido tener pareja, nos damos de lleno con una situación a la que no dábamos importancia o simplemente no éramos consciente de ella hasta este momento: mantener esa relación de pareja de la mejor manera posible.

Estrategias para mejorar la relación de pareja
Estrategias para mejorar la relación de pareja

Si te das cuenta, he añadido lo de “la mejor manera posible”, para que no pusiéramos el foco en únicamente mantener una relación, porque ahí intervienen factores que no siempre nos hacen sentirnos emocionalmente bien, y ese no es nuestro objetivo.

Por tanto, vamos a fijarnos en qué podemos hacer desde un punto de vista psicológico para mantener una relación de pareja feliz, que nos llene a nosotros y a la otra parte, al menos lo que esté en nuestras manos, ¿no crees?

Antes de empezar, querría dejarte con este vídeo en el que podrás conocer algunas claves para evitar la dependencia emocional según la psicóloga Silvia Congost, algo que tampoco querríamos, ¿verdad?

Comunicación en la relación de pareja

“¡Cómo no!”, habrás pensado. Me imagino que ya dabas por hecho que la comunicación en la pareja iba a ser uno de los trucos para mejorar la relación de pareja; y es que, si escuchas a las personas mayores, te dirán que, efectivamente, es uno de los pilares fundamentales.

Ahora bien, ¿qué es eso de la comunicación? Lo primero es que comunicar no es hablar, ¡ni mucho menos! ¿Cuántas cosas puedes transmitir con un gesto, una mueca de la cara o una postura de tu cuerpo?

Comunicarse es transmitirse, es decir, expresar lo que uno es y quiere ofrecer a la otra parte, sin ambigüedades ni ir con segundas, a las claras pero de un amanera asertiva, algo que podrás conocer en el artículo “Cómo decir lo que piensas

Por otro lado, comunicarse es escuchar, y quizás ante todo ESCUCHAR, es decir, dejarse uno a un lado, y escuchar a la otra persona, sin juzgar ni estar pensando en otras cosas o en lo que vas a decir a continuación.

Comunicarse es entrar en conexión con la otra persona, es ser honesto con uno mismo y sincero con la otra parte. Es aceptar y respetar lo que uno siente y transmitirlo si es necesario para el bienestar de la pareja. El miedo solo te atenaza y te hace vivir en una prisión en la que vives arrepintiéndote de no salir.

Habla y escucha, o escucha y habla, o solo escucha, o solo escúchate… y ya te estarás comunicando desde el fondo de ti mismo, verdadero fuente de la comunicación.

Autoconfianza

La autoconfianza es simplemente confiar en uno mismo, y ¿por qué digo en uno mismo y no en el otro? Pues, porque si confías en ti mismo, no tendrás miedo a la otra persona por ser como es y no solo la aceptarás, sino que además confiarás como consecuencia de ello.

Confiar en ti no es más que escuchar tus sensaciones, emociones y sentimientos que percibes en tu cuerpo y que son señales inequívocas de lo que necesitas en el fondo de tu ser, aceptarlas porque eso eres tú misma y seguir lo que te sugieren.

Descubre que tú eres única y diferente a pesar de las similitudes que te unen a las demás personas, pero es que, querer ser de otra manera solo te puede llevar a la no aceptación de ti misma y sentir una gran angustia y ansiedad incompatible con el bienestar y la felicidad.

Aceptación del otro

Después de lo que llevamos hablado hasta aquí, ya darás por hecho que para poder aceptar al otro, primero te has de aceptar a ti misma, ¿no crees? De todas formas, no te angusties; no ha de ser una autoaceptación al 100%, ¿eso qué es?

Simplemente, proponte ir aceptando todos esos aspectos de ti misma que sabes que te “rechinan” o que das por hecho que no van a gustar a los demás. No tengas miedo a ser tú misma, al final, no podrás ser nadie más que tú, ¿no?

Sentir las señales

Ya te lo he comentado antes cuando te he hablado de escuchar las sensaciones que nos da el cuerpo, pero esta vez me gustaría que te centraras en esas señales que te manda cuando estás con tu pareja o piensas en la relación que tienes con ella.

Esas señales son las indicadoras de lo que puedes mejorar de la relación o incluso planteártela si merece la pena. En el caso de no sentirse feliz, ¿merece la pena continuar si no hay circunstancias que lo impidan?

Es un tema complicado, pero es interesante plantearse dónde acaban las circunstancias reales y empiezan las excusas y los miedos.

Disfrutar

Ya lo hemos dicho alguna que otra vez: ser feliz no es vivir sin problemas ni dolores. Al fin y al cabo, no nos queda otra que convivir con ellos, por lo que buscar su ausencia se convierte en una utopía que solo nos puede llevar a la frustración, la impotencia, el cabreo y la tristeza.

Por ello, siendo conscientes de esta realidad, ¿por qué no disfrutar con nuestra pareja en todos los ámbitos? El sexo, la comida juntos, la formación de una familia, viajar, amigos, las aficiones de cada uno, el silencio… en definitiva, vivir la vida en compañía, ¿te parece?

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