El Sentido de la Vida es la razón por la que vivimos, su para qué. En referencia a Víktor Frankl sería el motivo por el que no nos suicidamos. Ante todo tiene que ser satisfactorio.
Este Sentido de la Vida es un conjunto de creencias cuyo origen procede de nuestro interior. Es decir, nuestras experiencias, ideas y “sentimientos”. Creamos así una base o cimientos donde sustentar el resto de nuestras creencias y valores.
Dejando a un lado la discusión sobre si es una necesidad racional o algo natural al ser humano, lo que no hay lugar a dudas es que el tener una respuesta satisfactoria al motivo de nuestra existencia nos aporta una serie de beneficios.
Entre estos beneficios me gustaría destacar una serie de ellos:
- Orienta
Podemos considerar el Sentido de la Vida como la punta más alta de una pirámide que representaría nuestras creencias. Esta imagen hace que siempre que tengamos alguna duda acerca de qué elegir, podremos recurrir a este último criterio que nos orientará en la decisión.
Cabría destacar que los valores quedarían en un grado inferior en la pirámide, dependiendo del Sentido de la Vida último.
- Paz interior
El tener clara la respuesta a nuestra existencia, nos genera un sentimiento de tranquilidad, serenidad y paz interior que en última instancia repercute en nuestra salud tanto psicológica como física.
Si no sentimos esa paz, podemos deducir que no hemos dado una respuesta satisfactoria a nuestra existencia.
- Motiva la acción
Al tener clara la dirección que nos indica por dónde dirigirnos, disponemos de un alto grado de motivación para hacer aquello que más se ajusta a nuestra forma de pensar y ser.
Podemos decir que el mayor grado de motivación que podemos alcanzar procede de la respuesta dada al Sentido de la Vida.
- Nos hace compartir
Cuando hemos encontrado la razón de nuestro vivir, nos sentimos impulsados a compartirlo con otras personas y poder así ir completando, modelando o rectificando nuestra perspectiva.
Este hecho genera un sentimiento de sociabilización e integración con los otros externos a nosotros.
- Construye y crecemos
Cuando tenemos claro nuestro Sentido de la Vida, no solamente construimos desde nosotros hacia fuera, sino que nosotros mismos crecemos, nos desarrollamos como personas.
Entramos en una evolución personal que nos lleva a tener nuevos elementos integrándolos en nuestro ser.
- Aporta Confianza
Por último, esta respuesta a nuestra existencia hace que todo tenga también su sentido y por tanto podamos confiar en nosotros mismos y las circunstancias que nos rodean.
Generamos un sentido de confianza gracias al cual no necesitamos controlar nada y podamos apostar por la vida.
Me gustaría añadir la importancia de la satisfacción. Un Sentido de la Vida que no nos satisfaga no va a tener los beneficios anteriormente descritos.
Carlos Postigo
Muy bueno, sensato y práctico tu artículo, sin falsa modestia esa es la manera en la que encaro mi existencia. Me gusta tu blog y tu línea de planteo en psicología. Saludos cordiales! Carmen.
Gracias Carmen.
Es un placer contar con tu comentario.
Un saludo.
Muy acertada la exposición que responde a la pregunta ¿Cuál es el sentido de mi vida?. Todos deberíamos plantearnos muy seriamente esta cuestión para tener: paz, alegría, empatía, solidaridad, amor a nuestro trabajo, paciencia en el dolor y aceptación de la muerte.
Felicito a Carlos postigo por este resumen que ha hecho de esa cuestión tan personal y fundamental.
mdelprado.diaz@gmail.com
Gracias Mª del Prado.
Creo que todos en mayor o menor medida nos lo planteamos; la diferencia quizás radique en el tipo de respuesta que nos demos.
Un saludo.
La importancia del sentido de vida ,nos encamina a afrontar los retos que se nos presenta el día a día y el plan de vida que debemos trazar para encaminarnos hacia nuestros sueños
que vamos alcanzar
Ciertamente nos encamina, nos hace poner el foco.
Gracias Sandra.
Que suerte saber/conocer cual es el sentido de la vida de uno mismo !!!! Yo todavia no lo se.
Segun Viktor Frankl, es el motivo por el cual no nos suicidamos. En este caso, lo tengo clarísimo. Mis hijos.
Pero, aunque soy una persona feliz, no le encuentro sentido.