Hoy he tenido una de esas charlas que llegan al corazón; de esas que seguro todos hemos disfrutado alguna vez. Son conversaciones en las que todo fluye y nos abrimos; siendo capaces de contar aquello que a muchos no les contaríamos, y menos en público. Normalmente las solemos tener con amigos muy cercanos e íntimos, aunque hay veces que nos sorprendemos haciéndolo con personas que no conocemos casi de nada, y en estos casos es cuando nos quedamos asombrados. Por una parte podemos llegar a sentir temor por habernos abierto ante un casi desconocido en una conversación, pero por otro lado nos sentimos tranquilos, sabiendo que hemos hecho lo mejor. El secreto de estas conversaciones está en que hablamos desde el corazón, sin ego. Dejamos de lado ese juez que…